¡Vamos niño! No bajes la defensa, no dejes que la
sangre de mi rostro te distraiga, rompe la carne con tu puño, siente crujir el
hueso que cede ante tu vergüenza, si tuvieras amor no me amarías, es mejor así.
¡Vamos
niñito!, ¡golpea con fuerza!, otorga justicia a tu especie, que llore mi pecho
ante tu semblante, que mi ternura se extinga a la velocidad del semen,
estrangula mi ligereza y posee lascivo entre tus piernas lo que alguna vez fue
mi arte; porque tuya es la violencia y la mirada sentenciosa, el orgullo y el
silencio. Golpea bien en mis entrañas porque no dudaré en ser la sombra
ofrendada a tu cintura, a ese lívido porno que destroza mi corona.
¡Pero
vamos niño!, ¡dame tu mejor golpe!, que ya es poca vida la que resta por vaciar,
si tuvieras amor sé que lo harías, no es tu culpa niño ya lo sé, sólo debes
seguir golpeando hasta que la vida te sorprenda y en otros brazos me hagas
verdad.
GM
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