N°2 Cerro La Colonia,
un mirador con historia
Subir hasta el
mirador del Cerro La Colonia, en la comuna de Coronel, implica llegar hasta un
lugar donde el silencio pareciera susurrarnos al oído las frases de una
historia, no lo suficientemente contada. Pero el pasado está allí, escrito de
forma indeleble en la identidad de sus habitantes. Incluso, da la impresión de
que este pasado sobrevivirá, a pesar de la instalación de una gigantesca
termoeléctrica, que como toda empresa enceguecida por la obsesión de un devastador
progreso, pensaba enterrarlo, hasta volverlo invisible para las nuevas
generaciones. Y es que, frente al mar, el viento que agita el pastizal es
siempre sabio.
Desde su
altura, resulta imposible abstraerse de la visión de una ciudad que se desplaza
a orillas del mar por decenas de kilómetros, entre poblaciones, zonas
industriales y sectores de pujante desarrollo inmobiliario. Tan basto es el
panorama que se ofrece a la vista del visitante de esta azotea natural, que en
días poco brumosos, hasta es posible apreciar a la distancia los cerros de otra
comuna puerto, Talcahuano, especialmente la cima del gigantesco Cerro
Centinela.
A diferencia
de lo que ocurrió con el casco histórico de la comuna de Coronel, edificado a
partir de las directrices urbanísticas de las empresas carboníferas, el Cerro
La Colonia se caracterizó por su desarrollo independiente durante su
conformación como sector residencial. Esto no solo ha influido decisivamente en
la fuerte identidad y el sentido de pertenencia que manifiestan sus habitantes,
sino además en su valor patrimonial, como espacio que ha sido escenario de
importantes pasajes históricos.
Por estos
mismos rincones y pasajes caminó el joven anarquista Carlos Barrientos Bastidas
durante 1920, organizando a los mineros, alentándolos a luchar por una jornada
laboral de ocho horas y por la humanización de sus condiciones de trabajo.
Precisamente, a pocos metros de este mirador se encontraba la sede de la
incipiente Federación de Obreros de Chile, a la que perteneció Barrientos hasta
que fuera asesinado, a los 28 años. Lejos de desalentarse con su muerte, sus compañeros de trabajo
continuarían su lucha y ejemplo, hasta conseguir el cumplimiento de todas sus
demandas, un año después de su caída.
La lucha por el
derecho a habitar
Los vecinos
del Cerro La Colonia resultaron bastante afectados con el último terremoto.
Construcciones añosas se vinieron abajo, dejando a decenas de familias sin
hogar. A las ruinas generadas entonces por acción del sismo, se suman hoy las
provenientes de la erradicación de pobladores, debido al funcionamiento de la
termoeléctrica Bocamina II. La puesta en marcha de este proyecto ha enfrentado
una tenaz resistencia por parte de los vecinos, la mayoría de los cuales se
muestra reticente a dejar su hogar de toda la vida, para no entorpecer los
intereses económicos de Endesa, dueña del proyecto.
Para Pedro
Silva Torres, geógrafo e historiador coronelino, el Cerro La Colonia representa
un lugar patrimonial muy gravitante para la identidad de la comuna minera, por
lo que no puede ser devorado por los intereses de las grandes empresas:
La Colonia patrimonio histórico
comunal, debe permanecer allí donde está y donde siempre estuvo, y no puede ser
barrida por la voracidad de un modelo económico que tiene como fin único la
reproducción del capital, o desaparecer víctima de la displicencia de
autoridades ajenas al sentir de la ciudadanía y más condescendientes con los
intereses empresariales ajenos que con los propios de la comuna. La Colonia es
parte determinante y primordial de Coronel, y es deber de su pueblo defenderla.
Sus habitantes
están decididos a quedarse en sus hogares de toda la vida. Exigen a las
autoridades la entrega de los respectivos títulos de dominio, que acrediten la
posesión de sus casas y sitios. Al mismo tiempo, están convencidos de la
necesidad de rescatar este cerro en relación a su valor patrimonial para toda
la comunidad. Si todavía no ha tenido la posibilidad de conocer este sencillo,
aunque magnífico mirador, dese una vuelta. Desde aquí, es visible prácticamente
todo el borde costero del Gran Concepción. Que lo disfrute.
Texto y fotografías por Oscar Sanzana Silva.
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