domingo, 14 de abril de 2013

La ciudad invisible. Escenas del Gran Concepción





N°2 Cerro La Colonia, un mirador con historia



Subir hasta el mirador del Cerro La Colonia, en la comuna de Coronel, implica llegar hasta un lugar donde el silencio pareciera susurrarnos al oído las frases de una historia, no lo suficientemente contada. Pero el pasado está allí, escrito de forma indeleble en la identidad de sus habitantes. Incluso, da la impresión de que este pasado sobrevivirá, a pesar de la instalación de una gigantesca termoeléctrica, que como toda empresa enceguecida por la obsesión de un devastador progreso, pensaba enterrarlo, hasta volverlo invisible para las nuevas generaciones. Y es que, frente al mar, el viento que agita el pastizal es siempre sabio. 


Desde su altura, resulta imposible abstraerse de la visión de una ciudad que se desplaza a orillas del mar por decenas de kilómetros, entre poblaciones, zonas industriales y sectores de pujante desarrollo inmobiliario. Tan basto es el panorama que se ofrece a la vista del visitante de esta azotea natural, que en días poco brumosos, hasta es posible apreciar a la distancia los cerros de otra comuna puerto, Talcahuano, especialmente la cima del gigantesco Cerro Centinela. 



A diferencia de lo que ocurrió con el casco histórico de la comuna de Coronel, edificado a partir de las directrices urbanísticas de las empresas carboníferas, el Cerro La Colonia se caracterizó por su desarrollo independiente durante su conformación como sector residencial. Esto no solo ha influido decisivamente en la fuerte identidad y el sentido de pertenencia que manifiestan sus habitantes, sino además en su valor patrimonial, como espacio que ha sido escenario de importantes pasajes históricos.



Por estos mismos rincones y pasajes caminó el joven anarquista Carlos Barrientos Bastidas durante 1920, organizando a los mineros, alentándolos a luchar por una jornada laboral de ocho horas y por la humanización de sus condiciones de trabajo. Precisamente, a pocos metros de este mirador se encontraba la sede de la incipiente Federación de Obreros de Chile, a la que perteneció Barrientos hasta que fuera asesinado, a los 28 años. Lejos de desalentarse con  su muerte, sus compañeros de trabajo continuarían su lucha y ejemplo, hasta conseguir el cumplimiento de todas sus demandas, un año después de su caída.



La lucha por el derecho a habitar

Los vecinos del Cerro La Colonia resultaron bastante afectados con el último terremoto. Construcciones añosas se vinieron abajo, dejando a decenas de familias sin hogar. A las ruinas generadas entonces por acción del sismo, se suman hoy las provenientes de la erradicación de pobladores, debido al funcionamiento de la termoeléctrica Bocamina II. La puesta en marcha de este proyecto ha enfrentado una tenaz resistencia por parte de los vecinos, la mayoría de los cuales se muestra reticente a dejar su hogar de toda la vida, para no entorpecer los intereses económicos de Endesa, dueña del proyecto.



Para Pedro Silva Torres, geógrafo e historiador coronelino, el Cerro La Colonia representa un lugar patrimonial muy gravitante para la identidad de la comuna minera, por lo que no puede ser devorado por los intereses de las grandes empresas:


La Colonia patrimonio histórico comunal, debe permanecer allí donde está y donde siempre estuvo, y no puede ser barrida por la voracidad de un modelo económico que tiene como fin único la reproducción del capital, o desaparecer víctima de la displicencia de autoridades ajenas al sentir de la ciudadanía y más condescendientes con los intereses empresariales ajenos que con los propios de la comuna. La Colonia es parte determinante y primordial de Coronel, y es deber de su pueblo defenderla


Sus habitantes están decididos a quedarse en sus hogares de toda la vida. Exigen a las autoridades la entrega de los respectivos títulos de dominio, que acrediten la posesión de sus casas y sitios. Al mismo tiempo, están convencidos de la necesidad de rescatar este cerro en relación a su valor patrimonial para toda la comunidad. Si todavía no ha tenido la posibilidad de conocer este sencillo, aunque magnífico mirador, dese una vuelta. Desde aquí, es visible prácticamente todo el borde costero del Gran Concepción. Que lo disfrute.



Texto y fotografías por Oscar Sanzana Silva.





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